Exquisita consola isabelina realizada en madera tallada y dorada, en los albores de 1900 en España. De estructura sencilla, se compone de un cuerpo tallado en madera y una tapa o sobre de mármol blanco de 2 centímetros de grosor. La pieza se distingue por su exuberante ornamentación de inspiración rococó, visible en las curvas asimétricas, roleos, conchas y motivos de flora y fauna, que recorren toda su estructura; llamando la atención la gran venera central. El dorado resalta la riqueza del relieve y aporta luminosidad y suntuosidad al conjunto. Como es habitual en este tipo de consolas, patas cabriolé, unidas por una chambrana de profusa decoración, en sintonía con la venera central antes citada. Esta tipología de consola, concebida como mueble de apoyo y de representación, evidencia el afán por recuperar estilos pretéritos reinterpretados bajo la estética isabelina.

El estilo isabelino es una corriente artística y decorativa que se desarrolló en España durante el reinado de Isabel II (1833–1868), dentro del contexto del historicismo del siglo XIX. Se caracteriza por su eclecticismo, es decir, la combinación y reinterpretación de estilos de épocas anteriores —principalmente el gótico, renacimiento, barroco, rococó y neoclásico— con un gusto burgués y ornamental adaptado a los nuevos valores de confort y representación social. En el mobiliario, el estilo isabelino se distingue por el uso de maderas nobles (como el nogal o la caoba), tallas ornamentales abundantes, líneas curvas y sinuosas, y aplicaciones doradas o de marquetería. Los muebles suelen ser voluminosos pero elegantes, con un claro sentido decorativo y simbólico, destinados a reflejar el estatus y el refinamiento de la nueva clase media acomodada. En síntesis, el estilo isabelino representa la adaptación española de los modelos europeos —en especial franceses e italianos—, conjugando tradición y modernidad en una estética rica, teatral y altamente decorativa.