Óleo sobre lienzo “Riflesso” realizado por la artista francesa Flore Bruic-Depes en 1994. Como su propio título adelanta, la obra se basa en una composición abstracta, pero meditada, donde se refleja una realidad a través de diferentes elementos. Esta composición se articula a partir de una trama geométrica de planos y líneas — verticales y horizontales — que crean transparencias y profundidades ambiguas, situando al espectador en un espacio a medio camino entre la realidad y la evocación mental. En el interior de este entramado geométrico emerge un motivo figurativo reconocible —una cabeza escultórica—, que actúa como punto focal y elemento de anclaje visual. La inserción de este fragmento figurativo dentro de un contexto abstracto refuerza el diálogo entre representación y estructura, entre lo tangible y lo espiritual. Asimismo, el cuadro enmarcado dentro de la propia escena introduce una reflexión sobre el acto de mirar y la autorreferencialidad del arte. 

Por su parte, el color desempeña un papel esencial en la construcción del conjunto, predominando los rosados, amarillos, verdes y violetas atenuados. La pincelada es suave pero expresiva, con empastes que revelan la textura de la materia y la mano de la artista. 

El resultado es una obra que combina rigor compositivo y lirismo cromático, próxima a una abstracción constructiva de raíz lírica, donde la geometría no suprime la emoción, sino que la canaliza. Su lenguaje plástico muestra afinidades con las búsquedas de la escuela postcubista y con la sensibilidad lumínica de la pintura francesa de mediados del siglo XX, una corriente que se desarrolló en Europa a mediados del siglo XX, donde artistas formados tras la estela del cubismo y de la escuela de París buscaron reconciliar emoción, luz y geometría. 

Flore Bruic-Depes 

Flore Bruic-Depes, nacida en Aquitania, es maestra jubilada y pintora autodidacta apasionada por el dibujo y la pintura desde su juventud. En 1962, mientras ejercía como profesora en Bretoncelles (Orne), comenzó su formación artística en un taller con pintores procedentes de París. Tras un periodo de pausa, retomó la pintura en 1980, estudiando durante cuatro años con Jac Belaubre y Anne d’Aressy, y más tarde, en 1985, conoció a Michel Fontannaz, quien ejerció una influencia decisiva en su madurez artística. 

Bruic-Depes ha expuesto individualmente en Lacanau, Burdeos, Pauillac, Cordes, Mérignac, Château Lescombes y Andernos-les-Bains, además de participar en numerosas ferias en Francia, Portugal, Canadá, Bélgica y España. Es miembro de diversas asociaciones artísticas, como Artistes Canaulais, Arts et Lettres de France y Patrimoine des villes d’Eysines et Saint-Médard, y ha sido delegada de A.L.F. para Aquitania. Su trayectoria ha sido reconocida con numerosos premios, incluyendo la Medalla de Plata de las ciudades de Burdeos y Quebec. Además de su labor pictórica, la artista cultiva la escritura de cuentos ilustrados con acuarelas propias, y continúa explorando en su obra pictórica la búsqueda constante de la luz y la emoción.